Según la mayoría de los estudios, los beneficios corporales de
realizar una caminata diaria de 30 minutos se traducen en beneficios
cardiovasculares en cuanto a una menor frecuencia de infartos de
miocardio, diabetes del adulto, accidentes cerebrovasculares e
hipertensión arterial.
La
actividad física moderada
ha mostrado beneficios en la osteoporosis, la artritis, las caídas en
los ancianos, y también efectos sobre el peso y los lípidos aunque más
modestos. Además, es buena para la mente, el ejercicio moderado ayudaría
en la depresión y en ciertos estados de ansiedad.
Realizar
alhunos ejercicios de estiramientos antes y después de empezar a andar.
Unos músculos bien estirados ayudan al organismo a envejecer más tarde y
con más salud.
Tenemos que comenzar con naturalidad y
progresar de manera que lleguemos a andar a buen ritmo, pero sin llegar
a ponernos a correr. Así durante un tiempo mínimo de media hora y un
máximo de una hora cada día, poco a poco ir aumentando el tiempo según
vayas cogiendo fuerza muscular y resistencia.
Adóptalo
como una rutina, este ejercicio debe de hacerse diariamente para que el
organismo pueda ir absorbiendo esos nuevos esfuerzos musculares y
fortaleciendo las zonas usadas para andar.
Si caminar
es tu actividad preferida para mantener la línea y estar en forma, debes
tener algunas precauciones como en cualquier otro tipo de ejercicio o
entrenamiento, por ello, te proponemos
cuidar tu técnica al caminar de manera de producir un movimiento seguro y eficiente.
Algunas recomendaciones para cuidar tu técnica y lograr una caminata efectiva y sin riesgos son:
Conservar el tronco erguido de manera de lograr una buena postura que favorezca la respiración y que evite la sobrecarga de músculos indeseados.
Dirigir la vista al horizonte, hacia adelante y no hacia el suelo, de manera de no ocasionar molestias a nivel cervical y contracturar el cuello.
Mantener el abdomen y los glúteos ligeramente contraídos, lo cual ayudará a enderezar la columna y trabajar eficientemente los músculos durante la caminata.
Balancear los brazos por los lados del cuerpo, con los codos flexionados a 90 grados y siempre llevándolos hacia atrás ligeramente por encima de la cadera.
Llevar las manos relajadas,
es decir, no apretar el puño ni llevar las manos con sus dedos
totalmente extendidos, pues esto implica un desperdicio de energía y
fuerza.
Realizar la pisada comenzando por el talón y culminando con la punta de los dedos,
con el objetivo de no caminar con la punta de los pies y sobrecargar
tendones y músculos de la porción posterior de las piernas.
Respirar de manera consciente y uniforme, inspirando siempre por la nariz y exhalando por la boca.
Con
estos consejos puedes perfeccionar tu movimiento y ejercitarte de
manera segura, disminuyendo el riesgo de lesiones así como obteniendo
buenos resultados. Por eso, si caminas para estar en forma,
cuida tu técnica al caminar.
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(de vitónica)