sábado, 4 de abril de 2015

LOS BLOQUEOS ENERGETICOS/EMOCIONALES

Los bloqueos energéticos, aunque no lo creas, pueden traerte muchos problemas. El cuerpo acusa esos bloqueos con dolores de cabeza, cansancio, fatigas, mal humor, e incluso vómitos y mareos. 
Nuestra energía vital es muy sensible a nuestras emociones, por lo que cada vez que no afrontamos una situación, la estamos bloqueando, y así nuestra salud se resiente. 

Los bloqueos no sólo surgen por una situación negativa. También pueden aparecer si nos hacemos cargo de demasiadas responsabilidades a la vez. Por ello, aprende a decir no. No recibas encargos que sabes que no podrás cumplir. No asumas compromisos si no estás realmente convencido de lo que haces. No entables discusiones con quien no sabe aceptar los errores propios ni los ajenos. No digas sí cuando realmente quieres decir no. No te preocupes y comienza a ocuparte. No aceptes culpas que quizás no tienes: primero haz un examen de conciencia y evalúa tus responsabilidades. No dejes que tus reacciones sean extralimitadas, pero tampoco te contengas cuando necesitas expresar un sentimiento. No dejes pasar las oportunidades de hablar si quieres decir algo. No dediques tu tiempo a quien no sabe apreciarlo.

 INTEGRAR LA EMOCIÓN - expresar-reflexionar
Para empezar a cuidar nuestra salud y dejar de sufrir las consecuencias de un bloqueo emocional, el primer paso es integrar la emoción. Y hacerlo no es tan complicado como parece. En principio, cada vez que padezcamos un contratiempo o que algo nos afecte, evitaremos guardarnos lo que nos pasa y formularemos un plan de acción. Si lo que necesitamos es integrar lo ocurrido, tendremos que reflexionar sobre lo que ha pasado, lo diremos en voz alta como si nos lo estuviéramos contando a nosotros mismos, y expresaremos lo que ello nos produce. Si fuera necesario, se lo explicaremos a una persona de confianza. El desahogo, se sabe, es terapéutico.
Lo principal para evitar un bloqueo es deshacerse de la rabia. Regodearse en lo que pasó no es una solución al problema. Sólo es aconsejable recordar lo que pasó si ello lleva a tomar cartas en el asunto para resolver el problema. Si no, lo más aconsejable es tenerlo presente sólo como parte de un
a experiencia de vida que nos puede servir como aprendizaje, pero sin impedirnos avanzar.


LIBERA TU CUERPO - actuar
Los disgustos suelen provocar algún tipo de dolor corporal, que puede situarse en la cabeza, la espalda, los ojos, el estómago, etc. Aunque no aparezcan inmediatamente, estos signos pueden estar relacionados con el mal rato que pasamos. Para desbloquear la emoción, como hemos dicho, lo primero es integrarla. Luego toca pasar a la acción.
Lo primero es dejar que las necesidades físicas se expresen. El cuerpo nos pedirá algo, ya sea correr, pasear, llorar o ducharnos. Debemos hacerle caso al cuerpo y tomar esta primera “medida de emergencia” que prepare al cuerpo para liberarse.



El segundo paso es tomar una resolución. Para ello nos tumbaremos en un lugar cómodo y nos centraremos en el cuerpo para verificar cuál es la parte del cuerpo que más nos molesta o duela. Una vez ubicado este punto, nos relajaremos un poco más a través de una serie de respiraciones pausadas y profundas. A continuación nos centraremos en la zona de dolor que detectamos. 
Concentraremos toda la atención en ella. Cuando la tengamos bien localizada y aislada mentalmente, realizaremos una respiración “de globo”. Ésta consiste en inhalar el máximo posible de aire el abdomen y luego el pecho, llegando a inflarnos como si fuésemos un globo, hasta la máxima capacidad. Mientras nos concentramos en la molestia corporal, retendremos el aire, y generaremos la intención de que nos duela más. Finalmente espiraremos y, al mismo tiempo, relajaremos la zona dolorida, tomando conciencia de que el dolor se va con el aire que expulsamos.
Esta operación se debe repetir al menos cinco veces. Y cada vez que espiremos lo haremos de forma suave y pausada, concienciándonos de que, a medida que nos deshinchamos, liberamos la energía que había quedado bloqueada en nuestro cuerpo.


OTRA FORMA DE LIBERACION-DUCHA DESBLOQUEANTE
El método ya explicado funciona muy bien siempre y cuando padezcamos un problema o contratiempo que nos provoque algún tipo de dolor. Sin embargo, cuando no detectamos ningún tipo de molestia física, una buena manera de desbloquear la energía acumulada es tomar una ducha relajante.
 

Antes de ello debemos pensar en el incidente o situación que nos ha provocado un malestar. Luego, haremos un esfuerzo para darle su justo valor, evitando magnificar la situación. Tomaremos conciencia de que hemos sufrido un sobresalto, disgusto..etc, pero no nos regodearemos en el dolor que nos ha producido, puedo que con ello sólo obtendremos más dolor. Debemos actuar, aunque antes desbloquearemos nuestra energía con una ducha.
 

Cuando el problema esté bien delimitado en nuestra mente, nos centraremos en sentir la energía negativa que nos rodea o que se ha creado por una situación nefasta. Con esta sensación, tomaremos una ducha con agua más bien fresquita, dejando que caiga sobre nuestra cabeza, tomando consciencia de la intencion de desbloqueo. No hace falta que hagamos nada: sólo dejaremos que el agua se deslice por la cabeza hasta el cuerpo. Mientras, imaginaremos que el halo de oscuridad y negatividad que nos rodeaba se va desvaneciendo y va siendo arrastrado por el agua, desde la cabeza, el cuello, los hombros, el tronco, la cintura, hasta las piernas y los pies.
 

Una vez liberados de la suciedad emocional, pondremos el agua un poco más cálida. Ello nos proporcionará confort y bienestar. Tras la visualización de un estado placentero, acabaremos con una ducha normal con jabón, tal como lo haríamos habitualmente, y daremos por acabado el ejercicio.experiencia de vida que nos puede servir como aprendizaje, pero sin impedirnos avanzar.

Seguramente conoces a alguien que, en situaciones de angustia, suele padecer afonías. Pues bien, deberías saber que eso suele ocurrirle a personas que, durante semanas o meses, padecen una situación de ansiedad, tensión o inquietud, y no expresan sus sentimientos. En ese caso, la laringe se puede bloquear y producir afonías. Algo similar puede ocurrir a quien “trague” todo lo malo que le ocurre, sin contárselo a nadie y sin encontrar una solución que le satisfaga: puede acabar padeciendo problemas digestivos e incluso una llaga de estómago. etc...

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Fuente: Karma
 
 

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